Plaza de la Rinconada


En la antigüedad se llamó la Rúa, Rúa Mayor, Rinconada de la Rúa, Rinconada del Mercado y a partir del siglo XIV se la denominó Rúa de la Rinconada. El nombre de Rinconada, parece provenir de que en este lugar había varios rincones, donde hoy está el edificio de Correos, donde estaban situadas varias posadas o paradores que fueron cobijo de viajeros de medio pelo, trajinantes de paso, de mozas de partido.


El cercano cuartel de Isabel II, posteriormente rebautizado como San Quintín, "La incubadora" como decían, aportó una excepcional prosperidad a este rincón. Estos paradores, y algunas tascas cercanas de tosca madera, llenaron de vino bronco y nostalgia a los mozos de Zamora, Salamanca, Asturias y Valladolid, que partían al frente.(1)

Paradores de la Rinconada.
Foto: Grupo Pinciano

Popularmente es conocida como la Plaza de Correos, por estar en ella el edificio del mismo nombre.
La emblemática plaza de la Rinconada es el centro neurálgico de la armoniosa solución urbanística arbitrada para al entorno Poniente-San Benito-Mercado del Val. Las imponentes muestras de patrimonio monumental y arquitectura doméstica que se dan cita en la plaza de la Rinconada –los “atrases” de la Casa Consistorial, el Palacio de Correos y Telégrafos y los números 9 a 12 de la propia Plaza– singularizan el conjunto como uno de los enclaves que más y mejor define el esplendor de la ciudad burguesa de comienzos del siglo XX.


Las obras de remodelación de la plaza de la Rinconada y el ámbito de San Benito se iniciaron en el verano de 1994 y su inauguración tuvo lugar en marzo de 1996. Con dicha actuación, la Plaza y sus calles aledañas –San Benito y Sandoval, fundamentalmente– fueron peatonalizadas en más de un 85% de su superficie. Como broche de oro de toda esta transformación, en el centro del enclave quedó instalada la fuente monumental diseñada por el escultor Pedro Monje, titulada Los colosos.
En 2006 fue inaugurado el edificio-sede de la Sociedad Municipal de Suelo y Vivienda (VIVA), con fachadas a la calle de Sandoval, a la de San Benito y a la plaza de la Rinconada. El contrapunto de contemporaneidad y modernidad que aportan su diseño y los materiales utilizados en sus revestimientos ha suscitado diversidad de opiniones entre los vallisoletanos.

(1) Miguel Angel Pastor

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